
El Ayuntamiento de Valencia ha expresado su rechazo a una propuesta de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), impulsada desde el Gobierno central, que busca desviar el agua de uno de los barrancos afectados por la reciente Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA). Esta iniciativa, diseñada presuntamente para mejorar la gestión de escorrentías en futuras lluvias torrenciales, ha sido cuestionada por el consistorio valenciano por su posible impacto en la seguridad urbana y en la infraestructura hidráulica existente.
Debate institucional por la gestión del riesgo hídrico
La consecuencia inmediata ha sido la apertura de un debate técnico y político entre administraciones. Según versiones preliminares, el Ayuntamiento considera que el proyecto de la CHJ podría afectar la protección del nuevo cauce del río Turia y aumentar la vulnerabilidad de zonas urbanas y agrícolas frente a eventuales inundaciones. Esta diferencia de criterios podría obligar a revisar el diseño inicial o proponer soluciones alternativas que garanticen un equilibrio entre la eficacia hidráulica y la seguridad territorial.
Riesgos climáticos exigen mayor coordinación
Este desacuerdo pone de manifiesto la dificultad de gestionar fenómenos meteorológicos extremos en áreas densamente pobladas. La planificación hídrica en contextos de cambio climático requiere de una coordinación sólida entre niveles de gobierno y decisiones fundamentadas tanto en criterios técnicos como en el conocimiento del territorio. La forma en que se resuelva este conflicto será clave para la resiliencia futura de Valencia y para el desarrollo de modelos de gestión más integrados y sostenibles.