Tener un espacio de calma en el hogar puede ser un refugio vital en medio del caos diario. No se necesita una gran inversión: con creatividad y pequeños cambios, podés construir un ambiente que invite a la tranquilidad.
Utiliza iluminación cálida, aromas naturales, cojines o mantas suaves, y algún elemento personal como una planta o una foto especial. Lo importante es que refleje tu esencia y te brinde paz.
Un rincón de calma no es solo decoración: es un recordatorio diario de autocuidado. Crear este espacio es regalarte momentos de pausa y bienestar.