
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, planea aprovechar la próxima cumbre en Albania para ganar apoyo entre sus homólogos europeos con el fin de promover el reconocimiento oficial del catalán como lengua de la Unión Europea. Esta iniciativa, que ya ha sido objeto de discusiones previas, apunta a que el catalán tenga el mismo estatus que otras lenguas oficiales del bloque, permitiendo su uso en instituciones comunitarias y garantizando el derecho a comunicarse con ellas en ese idioma.
Una apuesta por la diversidad lingüística
La propuesta pretende reforzar la diversidad cultural y lingüística dentro del bloque europeo, destacando el valor simbólico y demográfico del catalán. No obstante, su adopción como lengua oficial requeriría consenso entre los países miembros, ya que implica ajustes logísticos y costes adicionales en materia de traducción e interpretación. La reunión en Albania será clave para que Sánchez presente sus argumentos y evalúe el respaldo político real a la medida.
Posible impacto cultural y operativo
En caso de aprobarse, el catalán ganaría visibilidad internacional y los ciudadanos que lo hablan podrían interactuar directamente con las instituciones europeas en su lengua materna. Sin embargo, el camino hacia esa oficialidad presenta desafíos significativos, incluyendo la reticencia de algunos gobiernos europeos y los recursos necesarios para ampliar el número de idiomas oficiales reconocidos.