
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha respondido a preguntas de la prensa en 42 días, desde el pasado 29 de abril. Según versiones preliminares, esta falta de comunicación genera dudas sobre su disposición al diálogo público en un momento político clave.
Ausencia prolongada en el Senado y medios españoles
Además, Sánchez lleva casi once meses sin conceder entrevistas a medios nacionales. Tampoco ha participado activamente en el Senado durante más de un año. Esta situación limita la transparencia y reduce la interacción con actores parlamentarios y mediáticos.
Consecuencias para la percepción pública y política
El silencio prolongado del presidente puede afectar la percepción de su accesibilidad y liderazgo. Esta situación podría disminuir la confianza ciudadana y complicar la relación entre el Ejecutivo y los medios. La comunicación directa es esencial para la gobernabilidad y la estabilidad institucional.