
Privarse del sueño durante varias noches seguidas tiene efectos graves en el cuerpo y la mente. A nivel físico, el sistema inmunológico se debilita, el ritmo cardíaco se altera y el metabolismo se desajusta. Mentalmente, se pueden experimentar irritabilidad, falta de concentración e incluso alucinaciones si la privación es extrema.
Dormir permite al cerebro consolidar la memoria, regular las emociones y limpiar toxinas acumuladas durante el día. La falta de descanso interfiere con todos estos procesos, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y trastornos psicológicos como ansiedad y depresión.
El descanso como pilar de la salud
Para recuperarse después de noches sin dormir, se recomienda no solo recuperar horas de sueño sino establecer una rutina con horarios regulares, evitar pantallas antes de acostarse y crear un ambiente propicio para descansar profundamente.