
Ser zero waste o “cero residuos” es un enfoque que busca minimizar al máximo la generación de desechos personales, fomentando la reutilización, el reciclaje y la reducción en la fuente. Aunque lograr un cero absoluto es un desafío complejo, esta filosofía impulsa cambios significativos en los hábitos de consumo y gestión de residuos.
Este estilo de vida invita a repensar la forma en que compramos, utilizamos y desechamos productos, priorizando materiales duraderos, comprando a granel, evitando embalajes innecesarios y compostando los residuos orgánicos. El objetivo es cerrar el ciclo de vida de los productos para que nada termine en la basura.
Adoptar prácticas zero waste no solo reduce la presión sobre los sistemas de gestión de residuos y el medio ambiente, sino que también promueve un consumo más consciente y responsable, con beneficios tanto económicos como sociales a largo plazo.