
Algunas plantas no solo decoran, sino que también mejoran la calidad del aire y promueven el descanso. La lavanda, por ejemplo, tiene propiedades relajantes que favorecen el sueño y reducen la ansiedad.
El espatifilo, la sansevieria y el aloe vera son otras aliadas: ayudan a filtrar toxinas del aire, lo que crea un ambiente más saludable en el dormitorio. Colocarlas cerca de la cama puede hacer una gran diferencia.
Además de sus beneficios físicos, las plantas aportan armonía visual y emocional, invitando al descanso y la serenidad.