
Cerca de 50.000 ciudadanos han participado en el proceso de Presupuestos Participativos de Barcelona, seleccionando 76 proyectos que se ejecutarán con fondos municipales. La mayoría de estas iniciativas están orientadas a la mejora de patios escolares y sus entornos, un enfoque que refleja el compromiso colectivo por mejorar los espacios públicos dedicados a la infancia y la vida comunitaria. Esta participación masiva consolida el modelo de gobernanza donde la ciudadanía influye directamente en la asignación de recursos.
La infancia y el espacio público, en el centro de las prioridades
Los proyectos elegidos abarcan desde la renovación de áreas de juego hasta la adecuación de zonas verdes cercanas a los centros educativos. Según versiones preliminares, esta tendencia evidencia una prioridad ciudadana por entornos seguros e inclusivos, adaptados a las necesidades de las comunidades escolares. La implicación activa de los barceloneses, presuntamente, responde a una creciente conciencia sobre el impacto de estos espacios en el desarrollo infantil y la cohesión social en los barrios.
Transformación urbana con impacto directo en la comunidad
Una consecuencia directa de esta elección es la transformación visible de espacios escolares en diferentes distritos de la ciudad, con beneficios concretos para miles de familias. Más allá de las mejoras físicas, los proyectos impulsarán una mayor actividad comunitaria, fomentarán el uso del espacio público y fortalecerán la corresponsabilidad ciudadana en su cuidado. El proceso no solo asigna presupuesto: construye comunidad y refuerza el vínculo entre administración y ciudadanía.