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El alcalde de Albacete, Manuel Serrano, ha destacado recientemente el papel esencial que desempeñan las personas mayores en la construcción del presente y futuro de la ciudad. Durante un acto público, el mandatario subrayó la profunda huella que ha dejado esta generación en el desarrollo histórico del municipio, al tiempo que hizo un llamado a no subestimar su vigente capacidad de contribución. Las declaraciones, presuntamente orientadas a fortalecer la cohesión social, buscan visibilizar el valor de la experiencia, la madurez y la visión estratégica que este grupo aporta a la vida colectiva.

Más allá de la productividad: una mirada renovada hacia el envejecimiento

Serrano enfatizó que los adultos mayores aún tienen “muchas más cosas que aportarnos”, destacando virtudes como la serenidad, la sabiduría y la amplitud de criterio. Este enfoque, aparentemente, plantea un cambio de paradigma en torno al envejecimiento, al reconocer a la tercera edad como un recurso activo y no solo como una población pasiva o dependiente. Desde esta óptica, se abre la posibilidad de replantear políticas locales que promuevan la inclusión continua de los mayores en la toma de decisiones, el diseño urbano y los espacios de diálogo intergeneracional.

Consecuencias prácticas: hacia una integración más activa

Una consecuencia directa de este reconocimiento institucional podría ser el aumento de la participación de los adultos mayores en iniciativas sociales, culturales y cívicas. La puesta en valor de sus capacidades puede facilitar su incorporación en programas de mentoría comunitaria, en los que compartan conocimientos con jóvenes o emprendedores, así como en consejos consultivos que orienten el desarrollo de políticas públicas. Esta dinámica permitiría no solo aprovechar mejor su experiencia, sino también mejorar su calidad de vida al sentirse útiles, escuchados y vinculados al desarrollo colectivo.

Una estrategia social con impacto estructural

Desde una perspectiva más amplia, el discurso del alcalde podría interpretarse como una señal de que Albacete se orienta hacia modelos de ciudad inclusiva y amigable con las personas mayores. Estos modelos, recomendados por organismos internacionales como la OMS, promueven la participación activa de la tercera edad en los diferentes ámbitos del tejido social. En un contexto demográfico en el que el envejecimiento de la población es una tendencia creciente, dar visibilidad y protagonismo a los mayores se convierte en una decisión estratégica de largo plazo, con implicaciones en salud pública, diseño urbano, transporte, educación y cultura.

Albacete como ejemplo de envejecimiento activo

Este tipo de posicionamientos institucionales puede posicionar a Albacete como una referencia en políticas de envejecimiento activo. En lugar de enfocarse exclusivamente en los cuidados y la dependencia, se apuesta por un modelo que reconoce la riqueza del pasado y la utilidad presente de quienes han sostenido el progreso local durante décadas. Así, se refuerza no solo el tejido social, sino también el capital humano disponible para afrontar los retos futuros de la ciudad. La inclusión plena de las personas mayores, por tanto, no solo es un acto de justicia, sino también una oportunidad para consolidar una sociedad más equilibrada, colaborativa y resiliente.

Publicado por: Editor Minuto30

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