Tomado de Alamy

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han experimentado un preocupante aumento desde el inicio de la pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre esta situación, destacando que los TCA no solo incluyen la anorexia y la bulimia, sino también otros menos conocidos como la anorexia atípica y el síndrome del comedor nocturno.

Según datos recientes, aproximadamente el 9% de la población mundial, es decir, unos 70 millones de personas, sufren algún tipo de TCA. Antes de la pandemia, el 5% de la población femenina padecía TCA, una cifra que ahora ha aumentado entre el 8% y el 10%. Este incremento se atribuye en gran medida al confinamiento y al impacto negativo de las redes sociales en la percepción de la imagen corporal.

La anorexia atípica y otros TCA menos conocidos

La anorexia atípica, reconocida en el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), afecta a personas que, aunque tienen un peso normal o incluso por encima del normopeso según el índice de masa corporal (IMC), presentan un miedo intenso a ganar peso y una restricción significativa de la ingesta de alimentos. La falta de conocimiento sobre esta condición y la obsesión con el peso y el IMC impiden que muchas personas busquen la ayuda que necesitan.

Otro TCA poco conocido pero frecuente es el síndrome del comedor nocturno. Las personas que lo padecen consumen la mayor parte de sus calorías desde la tarde en adelante, presentando anorexia matutina e hiperfagia en la noche. Este trastorno está asociado a la depresión, la desregulación de los ciclos circadianos y la creencia de que necesitan comer para conciliar el sueño.

La importancia de un diagnóstico adecuado

Es crucial que los profesionales de la salud reconozcan que los TCA pueden afectar a personas de cualquier peso y que la evaluación y el tratamiento no deben basarse únicamente en el IMC. La falta de reconocimiento de la gravedad de un TCA puede retrasar el tratamiento adecuado y empeorar los resultados a largo plazo para los pacientes.

Los TCA no son enfermedades de gente caprichosa, sino condiciones graves con un gran nivel de sufrimiento. Un enfoque excesivo en el IMC como indicador de salud ignora otros factores importantes como el bienestar mental y físico general. La concienciación y la prevención son esenciales para abordar esta creciente problemática.

Publicado por: Editor Minuto30

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