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El Departamento de Seguridad Nacional de España ha lanzado una advertencia contundente sobre el riesgo estratégico que supone la creciente dependencia del gas ruso, una situación que contradice las políticas de diversificación energética impulsadas tras la invasión de Ucrania. Aunque España ha sido vista como un modelo en regasificación e infraestructura energética, el aumento en las importaciones de gas ruso ha generado preocupación por el impacto geopolítico que este fenómeno puede acarrear.

Vulnerabilidad energética y geopolítica

Según versiones preliminares del organismo, esta dependencia creciente ocurre en un momento en que gran parte de Europa ha optado por reducir su exposición al gas proveniente de Rusia. Presuntamente, esta elección podría comprometer la resiliencia energética del país frente a eventuales interrupciones o presiones diplomáticas. La situación pone en entredicho la eficacia de las políticas energéticas actuales y refuerza la necesidad de revisar con urgencia los acuerdos de aprovisionamiento y la procedencia del gas licuado (GNL).

Consecuencias para la estabilidad nacional

Una consecuencia directa de esta alerta es la mayor exposición de España a riesgos externos, lo que plantea un reto significativo para la seguridad económica y social. La continuidad de esta tendencia podría provocar fluctuaciones en los precios de la energía o, en el peor de los casos, cortes de suministro con repercusiones inmediatas en hogares e industrias. Este escenario obliga al gobierno a acelerar la transición energética, reforzar las alianzas internacionales de confianza y apostar decididamente por las energías renovables para preservar la autonomía y seguridad energética del país.

Publicado por: Editor Minuto30

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