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Un informe sitúa a España entre los líderes europeos en economía sumergida, con un 24% del PIB. Solo Grecia e Italia la superan. Esta situación, presuntamente por factores como la flexibilidad laboral y la presión fiscal, afecta la recaudación de impuestos y la competencia leal.

La magnitud de la economía sumergida en España podría limitar la financiación de servicios públicos y la reducción de la deuda. La evasión fiscal disminuye los ingresos del Estado, lo que podría aumentar la presión fiscal sobre las empresas que sí cumplen. Además, la competencia desleal perjudica a las empresas legales.

Desde una perspectiva económica, es necesario implementar políticas para reducir la economía sumergida en España. Esto podría incluir simplificar el sistema fiscal, fortalecer controles y fomentar el cumplimiento. Abordar este problema mejoraría las finanzas públicas y crearía un entorno empresarial más justo.

 

Publicado por: Editor Minuto30

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