
El journaling, o escritura reflexiva, se ha convertido en una práctica cada vez más valorada por su capacidad para reducir la ansiedad y mejorar la salud mental. Diversos estudios, como los realizados por la Universidad de Cambridge, han demostrado que escribir pensamientos y emociones de forma regular puede disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Claridad mental y toma de decisiones más consciente
Cuando una persona escribe sobre lo que siente o piensa, logra estructurar sus ideas, procesar emociones complejas y tomar distancia de los problemas. Esta práctica no solo promueve una mente más clara, sino que también facilita una toma de decisiones más racional y menos impulsiva, lo cual resulta especialmente valioso para perfiles ejecutivos bajo alta presión.
Un hábito sencillo con impacto profundo
No se requiere experiencia previa para comenzar. Bastan 10 a 15 minutos al día con papel y bolígrafo o incluso un documento digital. Incorporar el journaling en la rutina diaria puede convertirse en un recurso estratégico de autocuidado, que aporta foco, resiliencia emocional y equilibrio en contextos profesionales exigentes.