National Geographic

El Muro de Berlín no solo dividió una ciudad, dividió ideologías, familias y sueños. Fue construido en 1961 por la República Democrática Alemana para frenar la migración masiva hacia el oeste, y se convirtió en el símbolo más potente de la Guerra Fría. Durante casi tres décadas, su presencia recordó al mundo la tensión entre el bloque soviético y el occidental.

Más que una estructura de concreto, fue una frontera ideológica. A lo largo de sus 155 kilómetros, se instalaron torres de vigilancia, trampas y soldados armados. Intentar cruzarlo era jugarse la vida. Sin embargo, más de 5 mil personas lo lograron, algunas con estrategias ingeniosas como túneles, globos aerostáticos o autos modificados.

Cayó el 9 de noviembre de 1989, impulsado por una presión social imparable y reformas políticas dentro del bloque comunista. Hoy, fragmentos del muro están dispersos por el mundo como recordatorio de la resiliencia y la libertad.

Publicado por: Editor Minuto30

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