
En un duelo que ya se inscribe entre las noches inolvidables del fútbol europeo, el Inter de Milán dejó al FC Barcelona sin la posibilidad de luchar por el triplete. El conjunto italiano se impuso por 4-3 en el global tras un partido de alto voltaje que terminó en prórroga y que será recordado por su intensidad, emociones y giros inesperados.
Primer golpe: errores que cuestan caro
La eliminatoria comenzó cuesta arriba para los de Hansi Flick. Un error de Dani Olmo en salida de balón fue castigado sin piedad: Dimarco robó, Dumfries asistió y Lautaro Martínez, con olfato de ‘killer’, firmó el 1-0 para los locales. El Inter aprovechaba cada espacio con agresividad, mientras que el Barça intentaba encontrar su ritmo con posesión, pero sin profundidad.
Antes del descanso, el árbitro Szymon Marciniak, tras revisión del VAR, sancionó penalti por una falta de Pau Cubarsí sobre Lautaro. Hakan Çalhanoglu no falló desde los once metros y puso el 2-0 parcial, encendiendo las gradas del Giuseppe Meazza.
La reacción blaugrana: orgullo y fútbol
Lejos de rendirse, el Barça salió en la segunda parte con otra cara. El joven Gerard Martín, que se vistió de héroe, asistió con precisión a Eric García para el descuento, y luego a Dani Olmo para igualar la eliminatoria. El conjunto culé, con carácter y buen juego, tomó el control absoluto del partido.
El broche parecía llegar en el 88′, cuando Raphinha culminó la remontada con un zurdazo imparable, que ponía al Barcelona por delante en la eliminatoria por primera vez. Sin embargo, en el último suspiro, Acerbi —sí, el defensor— apareció como delantero centro y de cabeza forzó la prórroga con el 3-3.
Golpe final y adiós al sueño
Con ambos equipos extenuados, el tiempo extra se convirtió en una batalla de nervios. Y fue entonces cuando Frattesi, tras una combinación milimétrica entre Thuram y Taremi, apareció en el área para firmar el 4-3 definitivo. Un golpe letal que el Barça ya no pudo revertir.
Inter finalista y un Barça con la frente en alto
El Inter avanza a la gran final de Múnich tras una eliminatoria vibrante, mientras que el FC Barcelona se despide del sueño del triplete, aunque deja sensaciones positivas por su espíritu de lucha y el carácter mostrado por sus jóvenes figuras.