
Una operación policial permitió desarticular una organización presuntamente dedicada a la explotación sexual de mujeres en pisos utilizados como prostíbulos en Zaragoza. Según informes preliminares, las víctimas eran sometidas a un estricto control mediante cámaras de videovigilancia y la supervisión directa de mujeres conocidas como “mamis”, quienes gestionaban las actividades dentro de los inmuebles.
Las víctimas, además de verse forzadas a entregar el 50% de las ganancias obtenidas por cada servicio, debían pagar una cuota mensual de 500 euros por alojamiento en los mismos pisos donde eran explotadas. La estructura operaba de forma organizada y sostenida, permitiendo a los responsables mantener un flujo constante de ingresos mediante la coacción y el control de las mujeres.
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Como resultado de la intervención, ocho víctimas fueron liberadas y siete personas fueron detenidas, presuntamente vinculadas a esta red criminal. Las autoridades continúan con las investigaciones para determinar si hay más implicados o víctimas en otros puntos del país.