
Una mujer de 32 años ha sido condenada a 25 años de prisión tras ser hallada culpable de causar la muerte por asfixia de su hijo de ocho meses en Zaragoza. Según el tribunal, las pruebas presentadas durante el juicio confirmaron su responsabilidad en los hechos. La sentencia evitó la aplicación de la prisión permanente revisable —la pena más severa contemplada por la legislación española— debido a la colaboración activa de la acusada durante el proceso judicial.
Como resultado directo de esta resolución, la mujer ingresará a un centro penitenciario para cumplir la pena impuesta. El veredicto representa el cierre judicial de un caso que generó gran conmoción en la opinión pública, tanto por la corta edad de la víctima como por las circunstancias que rodearon el delito. El tribunal consideró atenuantes como la disposición de la acusada a colaborar, aunque subrayó la gravedad de lo ocurrido.
Este caso ha reavivado la discusión sobre la protección de la infancia y la responsabilidad de los cuidadores legales. La condena marca un precedente en la defensa de los derechos de los menores y refuerza el mensaje de que los actos de violencia contra los más vulnerables serán sancionados con todo el rigor de la ley.