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La entrada en la fase de emergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat, que abastece a seis millones de personas en 202 municipios catalanes, incluyendo Barcelona y su área metropolitana, ha generado inquietud. Esta medida, la más crítica del Plan de Sequía del Govern, afecta principalmente a la agricultura y ganadería, planteando preguntas sobre restricciones, sanciones y el alcance de la gravedad. A continuación, analizamos estas incógnitas.

Impacto de la fase de emergencia

La fase de emergencia, dividida en tres estadios, presenta restricciones graduales. El tercer estadio, el más severo, impone restricciones significativas. Aunque algunas áreas, como Riudecanyes y municipios del Alt Empordà, ya experimentan esta situación, las implicaciones se extienden ahora a 202 municipios adicionales.

En la fase uno, la dotación máxima de agua por habitante y día se reduce a 200 litros. En la fase dos, esta cifra disminuye a 180 litros, y en la fase tres, desciende a 160 litros. Además de estas limitaciones diarias, se imponen restricciones adicionales para ciudadanos y actividades específicas.

Restricciones y adaptaciones

Las modificaciones en el Plan de Sequía incluyen adaptaciones para gimnasios y clubes deportivos con piscinas o campos de césped. En la fase uno, se permite llenar piscinas, pero con compensaciones, como el cierre parcial de duchas. En la fase dos, si se mantiene la piscina abierta, se cierran obligatoriamente las duchas, y en la fase tres, todas las duchas de los clubes deben cerrarse.

Además, se prohíben las duchas en playas y actividades que involucren el uso de agua, como pistas de hielo o fiestas de espuma. También se prohíbe la limpieza de vehículos, excepto en establecimientos con sistemas de recirculación del agua.

¿Cómo están los embalses?

Restricciones en la agricultura

La emergencia por sequía implica una reducción del 80% en el riego agrícola, permitiendo solo el riego de supervivencia para cultivos leñosos. El riego ganadero se reduce a la mitad, lo que afectará la producción de agricultores y ganaderos, quienes deberán operar con la mitad del agua disponible en 2023.

Jardines, piscinas y otras restricciones

La fase de emergencia prohíbe el riego de jardines y zonas verdes, excepto árboles para evitar pérdida de zonas de sombra. No se permite llenar piscinas privadas ni fuentes ornamentales. Además, se impone una reducción del 25% en el consumo de agua para usuarios industriales y en usos recreativos.

Municipios afectados

La declaración de emergencia alcanza a 202 municipios distribuidos en 14 comarcas, con un total de 5.9 millones de habitantes. Estos municipios se suman a los 37 del Alt Empordà y Baix Camp que ya enfrentan la emergencia desde hace meses.

La crítica situación de los embalses, con niveles por debajo del 16%, subraya la urgencia de medidas para preservar el suministro de agua en Catalunya. La sequía, un desafío compartido, requiere la colaboración de la comunidad para enfrentar las restricciones y adoptar prácticas sostenibles. La gestión eficiente del agua se vuelve esencial en estos momentos críticos para garantizar un futuro sostenible.

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Publicado por: Editor Minuto30

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