
Cabify ha anunciado su intención de incorporar de manera inmediata y masiva 8,500 nuevos vehículos a su flota en las calles de Madrid. Esta significativa expansión se produce tras la recepción de las correspondientes licencias por parte de las autoridades competentes. La compañía de transporte con conductor busca, con esta inyección de vehículos, fortalecer su presencia operativa en la capital y responder a la demanda del servicio, según han manifestado fuentes de la empresa.
La consecuencia directa de esta importante adición de vehículos será un aumento sustancial de la oferta de Cabify en Madrid, lo que podría traducirse en una mayor disponibilidad del servicio para los usuarios y, potencialmente, en una reducción de los tiempos de espera. Sin embargo, la magnitud de la incorporación plantea interrogantes sobre la capacidad de absorción del mercado y el impacto que tendrá en el sector del taxi y en la gestión del tráfico en la ciudad.
La estrategia de Cabify de desplegar esta flota de forma rápida y contundente sugiere una apuesta por consolidar su posición en el mercado madrileño. No obstante, esta expansión podría generar reacciones por parte de otros actores del transporte urbano, quienes podrían verse afectados por el incremento de la competencia. El desarrollo de esta situación será crucial para entender la futura configuración de la movilidad en la capital española.