
La autoridad aeroportuaria AENA implementará nuevos controles de acceso en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, como respuesta al aumento de personas sin hogar que buscan refugio en las terminales, especialmente durante las horas de menor actividad. Según versiones preliminares, la medida busca preservar la seguridad, la higiene y el confort de los viajeros, de cara a la alta demanda prevista para la temporada de verano. En los horarios definidos como restringidos, solo se permitirá el ingreso a pasajeros con billete, empleados y acompañantes debidamente autorizados.
Restricciones de acceso generan debate social
Como consecuencia directa, el aeropuerto limitará la entrada a personas sin tarjeta de embarque válida, lo que podría impactar a quienes usan el espacio como refugio temporal. Aunque AENA subraya que esta decisión busca asegurar el buen funcionamiento del aeropuerto como infraestructura crítica, la medida ha provocado cuestionamientos sobre la función social de estos espacios públicos. En particular, organizaciones sociales y voces ciudadanas han comenzado a debatir la idoneidad y suficiencia de los servicios ofrecidos a personas en situación de vulnerabilidad en la capital española.
Llamado a soluciones integrales y coordinadas
Esta situación refleja una tensión creciente entre los retos operativos de infraestructuras estratégicas y las demandas sociales no resueltas. Aparentemente, AENA ha solicitado colaboración a las autoridades municipales de Madrid para identificar alternativas más dignas y sostenibles para la población afectada. La efectividad real de esta nueva política dependerá de su capacidad para equilibrar el flujo operativo del aeropuerto con una respuesta social coherente y humanitaria a una problemática estructural.