
La carga mental se refiere a la planificación y gestión constante de tareas domésticas y familiares, que recae desproporcionadamente en las mujeres. Aunque no siempre se traduce en acciones físicas, este esfuerzo mental permanente genera agotamiento emocional, estrés y ansiedad.
¿Por qué se perpetúa esta desigualdad?
Esta carga suele estar normalizada dentro de los roles tradicionales de género. Muchas mujeres, incluso cuando tienen empleos remunerados, siguen siendo las principales responsables de recordar citas médicas, gestionar el hogar o coordinar las actividades de los hijos. Esto genera una doble jornada invisible.
Reconocerla es el primer paso para cambiarla
Para reducir la carga mental es fundamental compartir la planificación y distribución de tareas entre todos los miembros del hogar. La comunicación clara, la asignación equitativa y el uso de herramientas organizativas pueden aliviar esta presión y promover un entorno más justo.