Este enfrentamiento, que ensombreció el ambiente previo al partido, tuvo como escenario las inmediaciones del estadio, donde los grupos ultras de ambos equipos se enzarzaron en una pelea que alarmó tanto a vecinos como a aficionados pacíficos. Las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir para restablecer el orden, culminando en la detención de decenas de implicados.
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La consecuencia directa de este lamentable incidente ha sido no solo la detención de los presuntos involucrados sino también un llamamiento general a la reflexión sobre la violencia en el deporte. Las autoridades, junto con los clubes afectados, han reiterado su compromiso de trabajar juntos para erradicar estos comportamientos que manchan la imagen del fútbol y ponen en riesgo la seguridad de los aficionados. La sociedad y el mundo del deporte aguardan medidas efectivas que prevengan la repetición de estos actos violentos.