El Ayuntamiento de Madrid ha impuesto una sanción económica de 4.500 euros a la taberna ‘La Última’, propiedad de Pablo Iglesias, exvicepresidente del Gobierno, debido a un presunto incumplimiento de las normativas sobre aforo. La sanción fue resultado de una inspección realizada tras varias denuncias vecinales y un informe de la Policía Municipal, que constató que el establecimiento superaba el número de clientes autorizado en el local. La multa es parte de un esfuerzo por parte de la Dirección General de Control de la Edificación y la Inspección de Obras para hacer cumplir las normativas locales.
Como consecuencia directa de este incidente, ‘La Última’ se ve obligada a abonar la sanción económica impuesta y a revisar sus protocolos de control de aforo para evitar futuras infracciones. Este suceso también podría generar un debate sobre la aplicación de sanciones a figuras públicas y el cumplimiento de las normativas municipales en establecimientos de ocio nocturno. La repercusión en la imagen pública del local, especialmente en lo que respecta a los detractores de Pablo Iglesias, también está en juego, lo que podría afectar su popularidad entre los clientes.
Para el Ayuntamiento de Madrid, esta sanción refleja su compromiso con la aplicación rigurosa de las ordenanzas municipales, independientemente de la identidad del propietario. Este caso puede sentar un precedente para otros establecimientos de ocio nocturno en la capital, subrayando la importancia de cumplir con las regulaciones de aforo y seguridad. La polémica que ha surgido en torno a este incidente podría intensificar el escrutinio público sobre cómo se supervisan y sancionan estas situaciones en el futuro.