El Puente de Ariza, una obra maestra de la ingeniería renacentista que se encuentra sumergida en el embalse de Giribaile en Úbeda (Jaén), ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento.
Un tesoro oculto
El puente, construido en 1562 por Andrés de Vandelvira, uno de los arquitectos más importantes del Renacimiento español, se encuentra sumergido la mayor parte del año debido al nivel del agua del embalse. Sin embargo, en periodos de sequía prolongada, el puente emerge de las aguas, revelando su imponente estructura de piedra.
Reconocimiento a su valor histórico y cultural
La declaración del Puente de Ariza como BIC tiene como objetivo proteger y poner en valor este patrimonio histórico único. A pesar de estar sumergido, el puente conserva su valor arquitectónico y cultural, siendo un testimonio de la época dorada del Renacimiento en España.
La emersión del puente en épocas de sequía atrae a numerosos visitantes a la zona, convirtiéndolo en un reclamo turístico de gran interés. La declaración como BIC contribuirá a impulsar el turismo cultural en la comarca y a generar riqueza para la región.
Un recordatorio de la importancia del agua
La historia del Puente de Ariza también nos recuerda la importancia del agua y la necesidad de gestionarla de manera sostenible. El embalse de Giribaile es una fuente vital de agua para la región, pero también ha tenido un impacto en el paisaje, sumergiendo este tesoro histórico.
Un paso adelante en la conservación del patrimonio
La declaración del Puente de Ariza como BIC es un paso importante en la conservación del patrimonio histórico de Jaén. Esta medida ayudará a asegurar que este puente único se preserve para las generaciones futuras.