Sentir que ya se vivió una situación, aunque sabemos que no es posible, es más común de lo que parece. El déjà vu afecta hasta al 80% de la población, y aunque por años se le atribuyó un origen místico, hoy la ciencia ofrece explicaciones intrigantes.
Cuando el cerebro interpreta mal la realidad
El déjà vu se produce por un desfase entre la memoria y la percepción. El cerebro interpreta un estímulo nuevo como familiar, generando una falsa sensación de repetición. Esto puede deberse a una pequeña disfunción temporal en el hipocampo, donde se gestiona la memoria.
Más frecuente bajo ciertas condiciones
Cansancio, estrés o multitarea aumentan la probabilidad de experimentarlo. También es más común cuando estamos en lugares similares a otros que conocemos, aunque no seamos conscientes de ello. En realidad, el déjà vu es una ilusión cerebral fascinante.
Una puerta al misterio de la mente
Aunque no tiene implicaciones paranormales, el déjà vu revela lo compleja que es nuestra percepción. Algunas teorías lo vinculan a la memoria implícita o a procesos creativos subconscientes. En cualquier caso, es una ventana a lo poco que aún entendemos del cerebro.