En Madrid, se ha detectado el crecimiento de un mercado paralelo de medicamentos utilizados para la prevención y el tratamiento del VIH, presuntamente impulsado por obstáculos dentro del sistema sanitario formal. Entre las principales causas identificadas están la carga burocrática, el temor a ser estigmatizados por parte del personal médico y los prolongados tiempos de espera para acceder a la profilaxis preexposición (PrEP) y otros tratamientos antirretrovirales. Estos factores estarían llevando a algunas personas a optar por canales irregulares para obtener los fármacos.
Esta dinámica plantea una consecuencia crítica para la salud pública: la adquisición de medicamentos fuera de los circuitos regulados eleva considerablemente el riesgo de consumir productos falsificados o mal dosificados. Esto no solo pone en peligro la salud individual de los usuarios, sino que también compromete la efectividad de las estrategias de prevención y tratamiento, afectando la trazabilidad y el seguimiento médico adecuado de los casos.
El surgimiento de este fenómeno evidencia la necesidad urgente de revisar y agilizar los procedimientos de acceso a los tratamientos en el sistema de salud pública, así como de reforzar políticas que garanticen atención sin discriminación. Solo a través de una respuesta institucional eficiente se podrá evitar que más personas recurran a soluciones informales que, lejos de resolver, podrían agravar los desafíos en torno al VIH.