En un reciente evento en Bruselas, la exministra de Igualdad de España y recién nombrada eurodiputada, Irene Montero, protagonizó una polémica que ha desatado un intenso debate en las redes sociales. Durante una rueda de prensa, una reportera le hizo un par de preguntas que, aparentemente, incomodaron a Montero. La reacción de la política no se hizo esperar, respondiendo con un insulto que dejó a todos los presentes atónitos: “fascista“.
El incidente ocurrió cuando la reportera, en un tono respetuoso y profesional, cuestionó a Montero sobre su gestión al frente del Ministerio de Igualdad y sus planes como eurodiputada. Sin embargo, Montero, visiblemente molesta, cortó la pregunta y lanzó el descalificativo. Este hecho ha generado una ola de reacciones, tanto de apoyo como de crítica, hacia la eurodiputada.
Además, este comportamiento ha reavivado el debate sobre la relación entre los políticos y la prensa en España. Mientras algunos defensores de Montero argumentan que las preguntas eran provocadoras, otros consideran inaceptable la respuesta de la exministra, señalando que este tipo de actitudes no contribuyen al diálogo democrático.