Tras la exitosa extinción de un incendio, las labores de los equipos de emergencia no han concluido. En estos momentos, se enfocan en la localización de puntos calientes, remoción de escombros, refresco y ventilación de la zona afectada por los gases del incendio.
El objetivo principal de estas tareas es asegurar por completo la zona y evitar cualquier rebrote del fuego. Los bomberos, con su experiencia y herramientas especializadas, se encargan de detectar y extinguir cualquier punto caliente que pueda suponer un riesgo de reinicio del incendio.
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Paralelamente, se llevan a cabo labores de remoción de escombros, con el fin de liberar las áreas afectadas y facilitar el acceso para la evaluación de los daños y la posterior recuperación del lugar.
La ventilación también juega un papel crucial. Mediante técnicas específicas, se extraen los gases nocivos generados por el incendio, protegiendo así la salud de las personas que se encuentran en las cercanías y permitiendo un entorno seguro para los equipos de emergencia que trabajan en la zona.
Estas tareas meticulosas pueden llevar varias horas o incluso días, dependiendo de la magnitud del incendio y las características del lugar afectado. Sin embargo, son esenciales para garantizar la completa extinción del fuego y la seguridad de la zona.