El próximo 9 de febrero, se avecina una jornada de huelga en Renfe y Adif, convocada por CC OO como medida de protesta ante la falta de avances en acuerdos cruciales. Esta acción de paro, que se extenderá durante 24 horas, tiene como objetivo expresar el descontento por la postura de ambas empresas ferroviarias en relación con demandas fundamentales. Además, el paro estará precedido por una concentración el 30 de enero frente al Congreso de los Diputados.
Renfe: Desbloqueo de acuerdos en el punto de mira
En el caso de Renfe, la protesta se centra en la necesidad de desbloquear los acuerdos referentes a la eliminación de las categorías de ingreso. CC OO denuncia que han pasado seis meses desde el acuerdo de la Comisión Negociadora del III Convenio Colectivo, sin recibir la autorización necesaria por parte de Función Pública/Hacienda para la implementación de los acuerdos en los trabajadores afectados.
Adif y Adif AV: Desafíos en la jornada laboral de 35 horas
En el ámbito de Adif y Adif AV, la huelga se justifica por la cancelación, por parte del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, de la implementación de la jornada laboral de 35 horas acordada entre la empresa y la representación legal de los trabajadores. CC OO moviliza a los trabajadores “por la indefensión en la que nos encontramos ante el secuestro administrativo de los acuerdos alcanzados por la libre voluntad de las partes a través de la negociación colectiva en las empresas públicas ferroviarias.”
El sindicato ha expresado su preocupación por “la situación de vulnerabilidad” en la que se encuentran las organizaciones sindicales y, por ende, las plantillas, al enfrentarse a la paralización o revocación de acuerdos en instancias gubernamentales externas a las propias empresas. Esto, a su juicio, vacía de contenido el derecho a la negociación colectiva, socavando la capacidad de mejora de las condiciones laborales.
CC OO ha dejado claro que la movilización no solo busca la defensa de derechos laborales específicos, sino que también apunta a la preservación de un proceso de negociación colectiva libre y justo, sin interferencias externas que menoscaben los acuerdos alcanzados mediante un diálogo social genuino.
La jornada de paro del 9 de febrero se perfila como un momento crucial para que los trabajadores del ferrocarril hagan oír sus reclamos y exijan el respeto a sus derechos laborales fundamentales.