En Galicia, la tensión electoral crece, extendiéndose más allá de sus fronteras. Enfrentando la presidencia de la Xunta, los partidos despliegan sus estrategias mientras recorren los 18,000 kilómetros de la red viaria gallega. Este pulso político no solo impacta a la región, sino que también podría reflejar el futuro de los comicios generales, añadiendo más nerviosismo a los candidatos.
Partido popular: ¿Rueda, el nuevo líder?
El Partido Popular ostenta una holgada mayoría, con 42 diputados en el Congreso de Galicia. Después de cuatro victorias consecutivas lideradas por Alberto Núñez Feijóo, su traslado a Madrid deja a Alfonso Rueda como su sucesor. Durante veintiún meses como presidente gallego, Rueda se pregunta si los gallegos lo aceptarán. La decisión de adelantar las elecciones busca responder a esa incógnita y consolidar la quinta mayoría. Las encuestas le favorecen, pero la sombra de Núñez Feijóo es alargada.
Bloque nacionalista galego: Poder en la unión
El Bloque Nacionalista Galego, segunda fuerza política, liderada por Ana Pontón, busca superar los 19 diputados obtenidos en las elecciones anteriores. La ruptura en las negociaciones de izquierda llevó a un abrazo simbólico entre Pontón y Xosé Manuel Beiras de Anova. Con la solicitud de voto de Anova, el BNG busca aumentar sus diputados. Sin embargo, queda por ver cuánto impacto tendrán otras formaciones en el resultado.
Partido socialista: Besteiro busca el resurgir
Desde el Partido Socialista, Gómez Besteiro enfrenta el desafío de desplazar al BNG del segundo puesto y, posiblemente, formar un gobierno conjunto. Besteiro intentó la presidencia en 2016 pero se retiró tras enfrentar acusaciones. Su retorno como candidato de Sánchez es un riesgo, y su resultado podría resonar a nivel nacional, afectando el panorama político en toda España.
El resto de formaciones: Sumar y otras apuestas
El escenario se completa con otras formaciones, destacando Sumar, que se estrena y presume de raíces gallegas con Yolanda Díaz a la cabeza. Con PP, PSOE, y BNG actualmente en el Parlamento de Galicia, estas elecciones podrían ser un punto de inflexión para cambiar el esquema político. El veredicto se conocerá el 18 de febrero, pero su impacto resonará mucho más allá de las fronteras gallegas.