En medio de tensiones provocadas por la amenaza de bloqueo de accesos a París por parte de agricultores, el gobierno francés, liderado por el europeísta Emmanuel Macron, responsabiliza a socios de la Unión Europea, como España e Italia, de una “competencia desleal” que afecta su sector agrícola.
Crisis agrícola y tensiones en Francia: Acusaciones de “competencia desleal” a España e Italia
A solo 24 horas del posible bloqueo de la capital, el recién nombrado primer ministro, Gabriel Attal, ofreció un discurso el pasado domingo enfocado en conceptos clave como “independencia” y “soberanía“, al mismo tiempo que cuestionaba el funcionamiento de la Unión Europea (UE).
En su alocución, Attal destacó la necesidad de abordar la “competencia desleal“, argumentando que los agricultores franceses están sometidos a reglas fitosanitarias que no se aplican a otros países, especialmente mencionando a España e Italia. Además, reveló su intención de proponer “más medidas” a los socios comunitarios para fortalecer la soberanía alimentaria de Francia.
Estas declaraciones han llamado la atención, ya que, aún sin conocerse las nuevas medidas, podrían poner en duda la efectividad del mercado único de la UE, según la perspectiva de este gobierno considerado pro-UE.
Sin embargo, en una entrevista con BFMTV, el ministro de Agricultura francés, Marc Fesneau, descartó la posibilidad de “cerrar fronteras” a productos españoles o italianos, argumentando que esto sería contraproducente para la industria agrícola francesa si los países vecinos adoptan medidas similares.
Protestas agrarias en Francia: El sector del transporte español afectado por bloqueos
Durante más de 10 días de protestas, los manifestantes han expresado su descontento por la entrada de productos agrícolas, especialmente de España, alegando competencia desleal debido a los bajos precios y a supuestos estándares medioambientales inferiores a los franceses.
Previo a su discurso, Attal visitó una explotación agrícola en un intento por calmar las protestas que ya mostraban signos de desinflarse el sábado. Sin embargo, tanto la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA) como la de Jóvenes Agricultores (JJAA) de la región parisina anunciaron el bloqueo de accesos a la capital “de manera indeterminada” a partir del lunes a las 14:00 horas.
Adicionalmente, la organización Coordinación Rural anunció su intención de bloquear el mercado internacional de Rungis, considerado el mayor mercado de productos frescos del mundo y ubicado en las afueras de París.
A pesar de las tensiones, el gobierno no planea desplegar fuerzas policiales para disolver las protestas, que considera pacíficas a pesar de los bloqueos de infraestructuras públicas. Sin embargo, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha instado a implementar un “notable dispositivo defensivo” ante posibles cortes en las entradas a París, aeropuertos internacionales y el mercado de Rungis.
Preocupación por acuerdos comerciales: El enfoque en el Mercosur
Los agricultores y ganaderos franceses expresan su inquietud sobre los acuerdos de libre comercio entre la UE y otras regiones del mundo, en particular, señalan al Mercosur como una amenaza para sus intereses.
Critican estos pactos argumentando que permiten la entrada de productos a precios significativamente más bajos, especialmente provenientes de países como Brasil o Ucrania, importantes potencias en la exportación de cereales y carnes como el pollo.
Uno de los acuerdos más polémicos es el UE-Mercosur, que involucra a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Aunque se logró un pacto político en 2019, su ratificación por los 27 Estados miembros de la UE está pendiente y ha generado controversia por más de 20 años.
Desafíos agrícolas y llamados a la acción
La crisis agrícola en Francia, exacerbada por tensiones y protestas, destaca la creciente preocupación sobre la competencia desleal y los impactos de acuerdos comerciales en el sector. A medida que el gobierno busca abordar estas inquietudes, la situación plantea preguntas sobre la estabilidad del mercado único de la Unión Europea y la necesidad de medidas efectivas para proteger la soberanía alimentaria francesa.