En España, se ha implementado una nueva normativa que transformará los menús escolares, priorizando la inclusión de una mayor cantidad de frutas, verduras y pescado de proximidad.
Esta directriz también establece la eliminación de la bollería industrial, las bebidas energéticas y las bebidas con alto contenido de azúcar de las opciones ofrecidas a los estudiantes. La medida busca aparentemente fomentar hábitos alimenticios más saludables entre la población infantil y juvenil, promoviendo el consumo de alimentos frescos y de origen local.
La consecuencia directa de esta regulación es la modificación sustancial de los proveedores y los productos ofrecidos en los comedores escolares. Las empresas de producción agrícola y pesquera de la región podrían experimentar un aumento en la demanda, mientras que los fabricantes de bollería industrial y bebidas azucaradas previsiblemente enfrentarán una reducción en su mercado.
Se anticipa que esta iniciativa tendrá un impacto positivo en la salud a largo plazo de los estudiantes, contribuyendo a la prevención de la obesidad infantil y otras enfermedades relacionadas con la dieta.