La presidenta de Quorum, Delia García, alerta sobre la crítica situación en los centros de menores inmigrantes no acompañados (MENAS) en Canarias. Con cerca de 4.700 menores distribuidos en 66 centros en todo el archipiélago, la saturación es evidente y preocupante. Desde septiembre hasta enero, se han abierto más de 25 centros, y la capacidad de respuesta se encuentra al límite.
Desafíos ante el desborde: Redistribución y ayuda necesaria
“Si este volumen de entradas sigue siendo el que está siendo, empezaremos a vulnerar derechos de menores, porque los recursos son limitados”, sostiene García. La presidenta de Quorum, asociación responsable de gestionar la mitad de estos centros en Canarias, aboga por la redistribución de menores a nivel nacional y solicita ayuda para descongestionar el sistema canario.
La propuesta planteada es que cada comunidad autónoma acoja a un mínimo de 40 menores, una medida que podría aliviar la presión sobre el sistema canario y garantizar una atención de calidad a los menores afectados. García subraya la importancia de actuar de manera inmediata ante la tremenda saturación que enfrentan.
Paso a tutela del Gobierno de Canarias
Los MENAS, aquellos menores que llegan sin familia en cayucos o pateras, son directamente tutelados por el Gobierno de Canarias. En los centros de acogida, se prioriza la enseñanza del español y la posterior escolarización. Brahim, un joven marroquí de 17 años, comparte su experiencia: “Tengo cuarto de la ESO, voy al instituto, quiero ser educador para ayudar a chicos como yo.”
Según la directora de Quorum, solo un 1,5% de los MENAS presentan alteraciones del comportamiento, siendo considerados conflictivos. La mayoría llega con la aspiración de evolucionar, salir de la miseria y encontrar oportunidades laborales.
Desafíos en la determinación de edad y pruebas colapsadas
Uno de los mayores obstáculos que enfrentan es la realización de pruebas de determinación de edad, contribuyendo al colapso en las listas para llevar a cabo estas evaluaciones. En ocasiones, se producen errores en la asignación de menores a centros de mayores y viceversa. Algunos incluso han sido derivados a la península, donde se descubre que son menores y no mayores de edad como se pensaba inicialmente.
Cuando estos menores alcanzan la mayoría de edad, la mayoría decide abandonar los centros y reunirse con familiares en la península o en otros destinos, como Francia. Los centros facilitan estos encuentros, y aquellos sin familiares buscan su camino en la red de acogida de mayores o por otros medios.
La situación crítica en los centros de menores inmigrantes en Canarias requiere una respuesta urgente y coordinada a nivel nacional. La propuesta de redistribución y la solicitud de ayuda para descongestionar el sistema son pasos necesarios para garantizar el bienestar de los menores y evitar vulneraciones de sus derechos en un contexto de recursos limitados.