vandalismo
Infobae

El coste económico y social del graffiti en el transporte gallego

En el corazón de Galicia, el vandalismo grafitero ha dejado una huella indeleble, no solo en los vagones de tren, sino también en las finanzas y la experiencia de los usuarios del transporte ferroviario. Durante el último año, la comunidad ha sido testigo de 42 actos de vandalismo en sus ferrocarriles, una cifra alarmante que ha llevado a Renfe a desembolsar 210.100 euros solo en Galicia para hacer frente a este desafío. A nivel nacional, el coste asciende a 25 millones de euros, englobando gastos de limpieza y la inversión en medidas preventivas de seguridad, que incluyen tanto personal especializado como avances tecnológicos.

Las consecuencias directas para los usuarios

Los actos vandálicos van más allá del daño material, afectando profundamente a los usuarios del servicio. Desde retrasos en los horarios hasta la supresión completa de trenes, los pasajeros enfrentan inconvenientes significativos en su día a día. La seguridad se ve comprometida, no solo por la reducción de visibilidad debido a los grafitis en ventanas y puertas, sino también por el riesgo que representan los grafitis en los elementos de seguridad. Además, el acto de pintar durante el trayecto, forzando frenazos de emergencia, y el persistente olor a productos químicos son solo algunas de las molestias que deben soportar los viajeros.

Un esfuerzo conjunto contra el graffiti

En respuesta a esta ola de vandalismo, Renfe ha intensificado su lucha, denunciando 3.977 intrusiones de grafiteros en 2023, lo que se traduce en más de 11 actos vandálicos diarios. Gracias a la colaboración estrecha entre el personal de seguridad de Renfe y los cuerpos policiales, el año pasado se logró un avance significativo: 124 grafiteros fueron identificados y puestos a disposición judicial. Este esfuerzo conjunto no solo busca reparar los daños, sino también prevenir futuros actos de vandalismo, asegurando un servicio seguro y fiable para los usuarios.

Un desafío persistente

A pesar de los esfuerzos, el desafío del vandalismo grafitero persiste, ya que los autores han cubierto más de 500 metros cuadrados de los trenes gallegos con sus pintadas. La tarea de limpieza ha necesitado más de 105 horas de trabajo, demostrando el impacto significativo de estos actos no solo en términos financieros, sino también en los recursos humanos dedicados a restaurar el servicio a su estado óptimo.

Erradicar el vandalismo grafitero en Galicia presenta un camino complejo que demanda una estrategia multifacética. La colaboración crucial de Renfe, las fuerzas de seguridad y la comunidad resulta esencial para forjar un entorno de transporte más seguro y acogedor. Galicia y Renfe, al enfrentar estos desafíos, mantienen viva la esperanza de un futuro sin grafitis en los trenes, prometiendo así un viaje más tranquilo y placentero para todos los usuarios.

Publicado por: Editor Minuto30

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