Cuidados esenciales del kalanchoe: guía paso a paso

El kalanchoe es una planta suculenta muy valorada por su capacidad de florecer con facilidad y su bajo mantenimiento.

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El kalanchoe es una planta suculenta muy valorada por su capacidad de florecer con facilidad y su bajo mantenimiento. Originaria de Madagascar, esta especie se ha adaptado bien a climas templados y es ideal para interiores y balcones. Su floración colorida y hojas gruesas la convierten en una opción perfecta para principiantes y amantes de la jardinería.

Riego adecuado: ni más ni menos

Uno de los errores más comunes al cuidar kalanchoes es el exceso de riego. Al ser suculentas, estas plantas almacenan agua en sus hojas, por lo que solo deben regarse cuando el sustrato esté completamente seco. Durante el invierno, el riego puede espaciarse aún más, ya que las necesidades hídricas disminuyen.

Luz y poda para estimular la floración

El kalanchoe necesita luz indirecta pero abundante. Ubicarlo cerca de una ventana con cortina o en una terraza protegida es lo ideal. Para fomentar la floración, se recomienda cortar las flores marchitas y realizar una poda ligera de las hojas en exceso. Este procedimiento ayuda a canalizar la energía de la planta hacia la producción de nuevos brotes.

Un ciclo floral que se puede repetir

Si se cumplen las condiciones de luz, riego y poda, el kalanchoe puede florecer varias veces al año. Durante los meses más fríos, es útil limitar la exposición a la luz artificial por la noche, ya que el kalanchoe responde al fotoperiodo para activar su floración. Una rutina constante y cuidados mínimos bastan para disfrutar de sus flores por mucho tiempo.