En una declaración contundente, se ha planteado la necesidad de revisar el sistema de atención médica para evitar la precarización de las condiciones laborales, especialmente en relación con los turnos de 24 horas. Según evidencia aparente, estos turnos no solo son perjudiciales para la salud de los profesionales médicos, sino también para la seguridad de los pacientes.
La discusión se centra en la incidencia negativa que los turnos prolongados tienen tanto en los profesionales de la salud como en la calidad de atención brindada a los pacientes. Para los pacientes, esto se traduce en un aumento de errores médicos, deterioro de la salud, y una mayor incidencia de accidentes laborales y de tráfico. Por otro lado, los profesionales experimentan trastornos del sueño, agotamiento físico, y un mayor riesgo de trastornos de ansiedad y depresión, además de un incremento en el consumo de psicofármacos.
Esta situación ha llevado a una crisis de recursos humanos en el sector sanitario, con una falta de profesionales debido a las condiciones laborales insostenibles. Por tanto, se hace necesario no solo aumentar el número de profesionales capacitados, sino también priorizar su bienestar y cuidado. Esto no solo beneficiaría la seguridad y la salud de los pacientes, sino que también preservaría el talento y el conocimiento en los servicios públicos de salud.