La bailarina Ksenia Karelina, presuntamente, podría ser condenada a 20 años de prisión por haber donado 47 euros a una ONG ucraniana que apoya a las fuerzas armadas del país.
Karelina, de 33 años y con doble nacionalidad ruso-estadounidense, fue detenida en Ekaterimburgo a principios de este año mientras visitaba a sus abuelos.
Las autoridades rusas la acusan de participar en “acciones públicas de apoyo al régimen de Kiev” al transferir fondos a la organización benéfica Razom for Ukraine, con sede en Nueva York.
Según el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), la ONG utiliza las donaciones para “comprar medicinas tácticas, equipos, armas y municiones” para las fuerzas armadas ucranianas.
Karelina niega las acusaciones y afirma que la donación fue un acto de caridad humanitaria para ayudar a los civiles afectados por la guerra en Ucrania.
El juicio contra Karelina comenzó la semana pasada y podría concluir en los próximos días. Si es declarada culpable, Karelina podría enfrentar una sentencia de hasta 20 años de prisión.
Este caso ha generado gran controversia y ha sido condenado por grupos defensores de los derechos humanos y por la comunidad internacional.
Se considera que la acusación contra Karelina es parte de una campaña más amplia de las autoridades rusas para silenciar a los disidentes y reprimir cualquier expresión de apoyo a Ucrania.
La historia de Karelina ha puesto de relieve los riesgos que enfrentan los ciudadanos rusos que se oponen a la guerra en Ucrania.